Aunque su forma pueda recordar a las pirámides de Egipto y despiertan incontables teorías, estas estructuras son obras maestras de la naturaleza, esculpidas pacientemente por el tiempo.
En medio de la inmensidad blanca y ondulada del continente antártico, sobresale una especie de pirámide, con sus cuatro lados perfectos y con ángulos tan precisos que parecen haber sido construidas siguiendo cálculos matemáticos.
La idea de que los egipcios pudieron haber llegado a la Antártida y conquistado la tierra helada es una de esas hipótesis que cautivan la imaginación de los amantes de la historia. Sin embargo, el descubrimiento de lo que parecía ser una pirámide nevada en medio del continente antártico desató una serie de teorías y conspiraciones.
Muchos han afirmado en Internet que estas pirámides podrían tener vínculos con los Illuminati, mientras que otros propusieron que la Antártida podría haber estado cubierta de bosques tropicales durante tiempos prehistóricos, lo que hizo factibles tales construcciones por antiguas civilizaciones.
Desde vida extraterrestre hasta civilizaciones extintas o una Antártida cálida antes del diluvio universal, han surgido numerosas explicaciones sobre la pregunta central: ¿qué es exactamente esa ‘pirámide’ ubicada en la cordillera Ellsworth de la Antártida?
Las montañas antárticas desde Google Maps
La explicación más sencilla suele ser la correcta: ni se trata de una pirámide egipcia ni es un descubrimiento reciente. En 1935, Lincoln Ellsworth descubrió una cadena de montañas en un vuelo trasantártico, cuando viajaba desde la isla Dundee hasta la plataforma de hielo Ross.
Resultó ser la cadena de montañas más elevada de la Antártida y, obviamente, fueron bautizadas como los Montes Ellsworth. La cordillera tiene una longitud de casi 400 km y un ancho de 50 km, y se encuentra dentro del reclamo territorial antártico de Chile. La temperatura promedio en la zona ronda los -30 °C, por lo que solo puede visitarse en un breve periodo del año: de noviembre a enero.
Pero lo que realmente las hizo populares fue la forma puntiaguda de algunos de sus picos. En 2016, gracias a la publicación de imágenes satelitales que mostraban un grupo de conos piramidales en el sur de las montañas, su fama creció exponencialmente.
Para los curiosos, pueden buscar las coordenadas 79°58 ‘39.25’’S 81°57’ 32.21’’W en Google Maps.
Lo más llamativo fueron las estructuras que sobresalían del hielo, como dientes negros, manchados de nieve, bordes afilados, caras triangulares inclinadas y cimas puntiagudas: parecían sugerir nada más que una copia al carbón de la Gran Pirámide de Giza de Egipto transportadas a los desiertos polares.
Los nunatak, montañas entre el hielo
A partir de este descubrimiento, surgieron avalanchas de titulares que afirmaban “pirámides descubiertas en la Antártida”. Inmediatamente cundió la especulación. ¿Cómo fueron creadas? ¿Qué edad tenían? ¿Por qué se habían mantenido en secreto hasta ahora?
Pero los geólogos, esos especialistas obsesionados con las rocas y los minerales, llevaron tranquilidad. Las “pirámides” -señalan estos expertos- eran simplemente picos de montañas que fueron cepillados y moldeados mediante procesos geomórficos por el hielo y el clima extremo de ese continente.
Las montañas que sobresalen del hielo o glaciares, reciben el nombre de nunatak. Este tipo de formaciones muchas veces desaparece bajo el manto blanco por décadas, otras solo son descubiertas con el deshielo. Suelen utilizarse como puntos de referencia en medio de una gran extensión de hielo.
Con frecuencia, los nunatak son lugares donde se asientan temporalmente las expediciones o se construyen bases permanentes; por ejemplo, la base antártica argentina Belgrano II se ubica sobre el Nunatak Bertrab.
La forma piramidal de algunos de ellos es el resultado de la convergencia de glaciares y se pueden encontrar estructuras similares en varios lugares del mundo, lo que desestima cualquier idea extraordinaria.
«Las formas piramidales no son imposibles: muchos picos parecen parcialmente pirámides, pero sólo tienen una o dos caras, rara vez cuatro», dijo el investigador estadounidense Eric Rignot a LiveScience cuando las imágenes comenzaron a circular.
La combinación de la nieve, el hielo y el viento en la Antártida ha dado forma a esta peculiar estructura, creando la ilusión de una pirámide a primera vista.
En concreto, la formación piramidal de ciertas montañas, como la mencionada, probablemente se debe a la erosión causada por ciclos de congelación y descongelación.
Durante el día, la nieve o el agua llenan grietas en la montaña, y cuando las temperaturas caen por la noche, el agua se congela y expande, ensanchando las grietas. Este proceso se repite muchas veces, creando grietas más grandes que, con el tiempo, pueden llevar a la fractura de secciones enteras de roca, dando lugar a paredes planas como la de una pirámide.